Chicharito está cumpliendo a la perfección con el papel que Ancelotti tenía pensado para él cuando le pidió a Florentino un refuerzo de última hora. A pesar de saberse suplente ha llegado con la ilusión de un meritorio y con hambre por demostrar que el Madrid ha acertado con su cesión. Futbolista de área con muchos recursos en el remate, es un desahogo para el equipo porque la pide al espacio cuando todos la quieren al pie y no necesita muchas ocasiones para marcar. Además, con su llegada y su rápida adaptación obliga a Benzema a mantenerse de puntillas y no dejarse arrastrar por la corriente.

El delantero mexicano va a seguir a lo suyo: trabajando a tope y con el objetivo de aprovechar al máximo cada minuto. Y eso es bueno para aumentar la competencia del nueve. Tener un suplente con buen nivel goleador, que asuma el banquillo con naturalidad y no se deprima por no jugar, es un lujo al que Carletto le va a sacar provecho...