Estoy convencido que si Nolito jugase en un equipo más mediático su nombre ya hubiera salido de los labios de Vicente del Bosque. Tampoco hay que culpar al seleccionador, que tiene en sus manos un sinfín de talentos para completar una lista, pero sería de justicia que el atacante celeste tuviera una oportunidad. Es el máximo goleador español de 2014 y su nivel está siendo superlativo. Sin ir más lejos, ayer marcó la diferencia en San Mamés. Ni más, ni menos que en La Catedral. Palabras mayores. Se inventó un gol y estuvo a punto de hacer magia para conseguir un segundo tanto. Su control imposible fue puro arte. Falló en la definición, es cierto, pero eso fue lo de menos.

El gol de Nolito sirvió para que el Celta rescatara un punto, en mi opinión bastante justo, de San Mamés. El Athletic empezó rugiendo y los vigueses parecieron asustarse. Sin embargo, supieron reaccionar a tiempo. Lo hicieron siendo fieles a su estilo y con una enorme personalidad. Y eso que algunos jugadores importantes, como Krohn, Larrivey u Orellana no tuvieron su mejor día. Esta vez Nolito se bastó para sacar oro de uno de los campos más difíciles de la Liga, a pesar de su actual situación. Este Celta huele a Europa.