El Clásico depende del ‘otro Valdés’

Le acompañó allá donde estuvo hasta el momento y su sintonía, aseguran, es sensacional. Luis Enrique no entendería su situación actual sin la ayuda de un profesional de la psicología. De ahí que uno de sus grandes pilares sea Joaquín Valdés, nada que ver con el portero. Lo de la psicología ya lo probó su paisano Benito Floro en su estelar aventura en el Albacete, aunque cuando aterrizó en el Madrid la teoría fue reventadas por una cámara de Canal+ en las entrañas del Camp d’Esports de Lleida.

El ahora entrenador del Barça debió de aprender mucho en su etapa como jugador. En la década de los 90 apenas se publicaban los libros de autoayuda y la mayoría de los futbolistas vivían de su testosterona, de su coraje y de sus... Casi no había lugar para que un futbolista expresase públicamente (o de manera privada) su melancolía y parecía estar prohibido poder tener un mal día sin profundizar. Cuando eso sucedía la solución al error era propinar un buen chorro de gritos, en el que se acababa ridiculizando al que estaba bajo de moral.

A Luis Enrique eso no debió convencerle, un técnico que busca la gloria en el Barça, cuya afición lo tomó como ídolo al dejar la capital para venir al Mediterráneo. Ayer, en su puesta en escena ante los medios, se notó la mano de su colaborador y pareció ensayada; el técnico no se excedió en sus respuestas, concisas y cortas, y cuando algo le irritaba, mostró recursos para no entrar en un jardín. El míster sabe que hoy será un día incómodo en Chamartín, de ahí que el otro Valdés será clave en el Clásico.