El nuevo ‘Cosmos’ de Casillas

Por fin hablar en público volvió a ser en un juego de niños. Puede que la de ayer sea la primera comparecencia pública de Casillas en el último trienio en la que no se haya sentido estigmatizado. Deberá agradecer a Ancelotti esa confianza plena, cuando el ruido de los sables y la dura competencia de Keylor volvían a pintar nubarrones o cuando volvió a meterse de lleno en el fango, en la entrevista con Iñaki Gabilondo. La victoria en Anfield y, sobre todo, en el Clásico, dan una nueva dimensión del Madrid y una vieja dimensión de Iker, al que las paradas salvadoras, como el valor en la mili, se le suponen.

Pero no va a hacer falta rascar mucho en las escamas que suponen las críticas para entender que esas voces discordantes están silenciadas de momento, pero no apagadas. La sensación es que Iker ha aprendido a sobrevivir con los que no le quieren, que no es poco. Tendrá que seguir trabajando duro para preservar su rapidez de reflejos y su instinto, las virtudes que le hicieron el mejor del mundo, minimizando sus defectos, que los tiene, mientras dure. Apuesten a que no será mucho. La mejor lección es que lo bueno de la vida se valora cuando ya no se tiene. Iker recuperará toda su grandeza cuando, como Raúl, elija vivir en otro Cosmos.