Así, así, así gana el Madrid

El Madrid anotó anoche 112 puntos en la Euroliga. Carroll, por su parte, 32. Todo lo que sea pasar de 100 puntos es garantía de espectáculo. Y que un jugador supere los 30 es gloria bendita. Hablo para los aficionados de a pie. Los puristas no suelen valorar estos resultados. Si un equipo supera la centena es porque el rival no ha defendido; si un jugador pasa de la treintena es porque el entrenador no ha rotado lo que debía. Pero los puristas no llenan los pabellones. Los puristas secuestraron el baloncesto y se cargaron el espectáculo. Hay un dicho que refleja muy bien los males del baloncesto actual: un entrenador jamás permitirá que un jugador le gane el partido. Será él con sus rotaciones quien decida la diferencia del resultado.

Laso, en este sentido, realiza concesiones. La pasada temporada le costó caro. El equipo empezó lanzado y al final acusó cierto cansancio. En esta ha levantado el pie del acelerador para llegar más fresco a la disputa de los títulos, pero las consecuencias son tremendas. Si a este equipo, que es un equipazo, se le quita presión y tiene delante un rival flojito, se lo come. Y Laso dejó que se lo comiera. Así se levanta el baloncesto, porque el aficionado querrá volver al Palacio. Y si puede meter 120 puntos, mejor. Y si Carroll o cualquier otro se acerca a los 40, pues también. ¿No lo hace el equipo de fútbol? ¿No lo hace Cristiano? ¿Por qué va a ser distinto el baloncesto? Así, sí. Así, así, así gana el Madrid. También el de baloncesto. Que cunda el ejemplo.