Messi, la flor y la grieta

Campeón de tantas cosas, historia de tantos renglones excepcionales, Messi salió anoche de las grietas del Barça y plantó las flores que sólo él sabe cultivar. Luis Suárez, el verdadero, el maestro legendario, dijo anoche en Carrusel que el Barça “se había hecho vulgar”, como ese muchacho de la canción de Sabina y Urquijo, que no sabía preservar la felicidad de las noches en los pueblos con mar. Ese Barça vulgar, que se equivoca de rumbo, recuperó la ortodoxia excepcional del argentino para hacerle un hueco al corazón del Ajax. Las grietas existen, pero la maravilla que asiste a este jugador impar iluminó la noche y abrió al equipo la senda de la recuperación.

La vulgaridad restante exige la preocupada reacción del entrenador, al que el citado Suárez gallego le apuntó una lección: no se puede cambiar tanto, sobre todo para que todo siga igual. Menos mal que Messi lleva atado el salvavidas.