Márquez, campeón excepcional

A un mes de comenzar el Mundial de motos, Marc Márquez se rompió el peroné corriendo sobre una moto en tierra, en lo que se conoce como dirt track. No se trataba de una competición, sino de un entrenamiento. El dirt track es una modalidad que se celebra sobre circuitos ovalados y en los que continuamente se derrapa. Ayuda a controlar los derrapajes con menor riesgo que si se practican con otro tipo de moto, pero ese día tuvo una mala caída. Recibió muchas críticas. A un mes del Mundial se perdía nueve días de test oficiales y quedaba en duda su participación en el inicio del Campeonato. Se presentó en Qatar y ganó por dos décimas a Rossi y por tres segundos a Pedrosa. En la siguiente carrera, en Austin, las diferencias fueron aún mayores.

Y así hasta diez victorias consecutivas que recuerda en la entrevista de Mela Chércoles. Sabía que en algún momento la racha terminaría, pero fue bonito mientras duró. A él le supuso poner tierra de por medio en su conquista hacia el título, y al aficionado, ilusionarse con los récords de un piloto de sólo 21 años. Se unían el descaro de la juventud y el talento del campeón, un caldo de cultivo extraordinario para alimentar esas figuras que aparecen de Pascuas a Ramos. Una de ellas es este Márquez que nos entusiasma. Soberbiamente dirigido y cuidado por Alzamora. Ahora celebramos sus éxitos con naturalidad, pero fue un campeonato en el que comenzó en inferioridad de condiciones. Recordar aquello enaltece aún más sus éxitos. ¡Gran Márquez!