Álex Márquez, campeón del mundo

Álex Márquez ha dejado de ser el hermano de Marc para convertirse en campeón del mundo. Lo repetía Mela Chércoles en la transmisión de Telecinco, y me pareció muy acertado. Álex se ha ganado el derecho a ser conocido como campeón del mundo, no como el hermano de Marc. Álex se ha proclamado campeón después de una temporada durísima, en la que ha luchado por el título desde la primera carrera, cuando quedó segundo en Qatar, hasta la última, ayer en Cheste. Y lo ha hecho ante un rival terrible y un año mayor que él, el australiano Jack Miller, vencedor de esa primera carrera del año, en la que ya dejó claro que quien quisiera impedirle ganar en su cuarta temporada en la categoría iba a tener que demostrar algo más que talento y valor.

Álex demostró ese algo más: madurez. Madurez para saber en cada momento cómo comportarse. Tranquilo cuando se veía tercero y agresivo cuando veía que sus posiciones le alejaban del título. Pasó alguna que otra vez, porque Miller le tendió trampas para que se enmarañara en el grupo. Si salía indemne, ahí estaría esperándole para tratar de tirarle. Álex pasó todas las pruebas habidas y por haber, y acreditó las condiciones para ser justo campeón. Por eso merece ser reconocido como tal. Cuestión aparte es que se apele a su condición familiar para que los Márquez sean considerados como únicos hermanos campeones de la historia. Pero ahí monta tanto uno como otro. Felicidades a los dos, y a la madre que bien hizo Mela en besar en nombre de la afición.