Las heridas se van cerrando

La titularidad ayuda, pero mucho más que se hable lo menos posible de él. Esa está siendo la gran medicina para que Casillas recupere el estado emocional indispensable para rendir al máximo en la portería. Hubo una pequeña recaída hace un mes, provocada involuntariamente por el propio jugador, tras conceder la entrevista en Canal Plus. Aquello reavivó ciertos debates y ocurrió justo la semana en la que Ancelotti había confirmado a sus íntimos que Iker sería titular indiscutible en dos partidos decisivos: la ida contra el Liverpool y el Clásico en el Bernabéu. Los asesores en este asunto también juegan un papel importante.

Los números de Casillas, por otra parte, no pueden sorprender a nadie. Son muy parecidos a los que ha marcado en su década larga como titular en el equipo. Es más, incluso en las temporadas donde no se consiguió ningún título, las cifras le seguían acreditando como lo que es: el mejor portero del mundo. Sí hay que reconocer que el veneno inoculado en algunos tendrá todavía sus efectos secundarios. Nadie podrá evitar ya que volvamos a la polémica cuando se produzca algún fallo. Y eso, en un guardameta, es el pan nuestro de cada día. Es imposible acertar en el cien por cien de las ocasiones. Pero ahora lo afrontará con más serenidad...