La batalla de Malmoe fue una losa en las piernas de los rojiblancos para superar la frescura y presión de los donostiarras el domingo en Anoeta. El equipo coleccionó errores desconocidos en lo colectivo. Vela se acomodó el balón durante dos segundos mientras los centrales y pivotes estaban demasiado atrás y Agirretxe aprovechó la falta de comunicación de Miranda y Godín para que ninguno lo incomodase en su espectacular cabezazo. Nos sorprende por lo inusual que es ver a un equipo instalado en la excelencia colectiva tener esos despistes, pero puestos en una balanza, siguen ganando los aciertos (primero en la liguilla de Champions y cuarto en la Liga) 550 a 8 despistes.

Lo que sí me sigue llamando la atención es la falta de confianza en el plan B. Al equipo se le vio extenuado y sin poder de reacción, adoleciendo de velocidad para salir a la contra. Los Raúl Jiménez, Cerci y Griezmann no terminan de aparecer. Este año el equipo tiró de chequera para gastarse 70 kilos en ellos, pero el Cholo aún está en la reeducación de estos jugadores para que entiendan su filosofía. En mi opinión, después de esa fuerte inversión, esa filosofía la deberían de traer de serie y con la asignatura cholista ya aprobada. La experiencia me empuja a la prudencia, por eso espero y confió en otro milagro más del Cholo a la hora de conjuntar al equipo y cumplir los objetivos de clasificarnos terceros en la Liga e ir partido a partido en la Champions.