Corbalán ha escrito un libro, El baloncesto y la vida, y con motivo de ello Héctor Martínez ha charlado con él. Del pasado —“aquel pabellón (de la Ciudad Deportiva), aquel parqué, nunca debía haberse tirado y aquellas canastas no debían haber sido chatarra”—, del presente —“tiene muchos jugadores (el Madrid) muy buenos, pero muchas veces pocos jugadores de garra y lucha”— y del futuro. El futuro merece comentario aparte, porque creo que Corbalán da en el clavo con respecto hacia donde se encamina el baloncesto de clubes. Partimos de la base de que su situación es mala, muy mala. La Liga alarga su agonía sin que la ACB sea capaz de tomar medidas para levantar el interés; mientras, la Euroliga no acaba de dar los beneficios esperados.

Estando todos de acuerdo en que esto no puede seguir así, Corbalán habla de un proyecto junto con otros países para crear la gran Liga Europea. Eso sí, en coordinación con las ligas nacionales. Es decir, no valen luchas como la que mantienen la ACB y la Euroliga. Las ligas nacionales dan lo que dan, y en España han conseguido que su interés se reduzca al ámbito local —115.000 telespectadores el Joventut-Unicaja del domingo—. Por eso no hay que asustarse cuando Corbalán habla de ligas semiprofesionales. Si la ACB no da para más, hay que plantearse esa Liga Europea, pero Liga de verdad, convertida en conferencia de la NBA con el tiempo. Corbalán no es un visionario. Lo que ve es que esto no funciona y señala por dónde van a ir los tiros.