Vuelta: el más difícil todavía

La Vuelta 2015 tendrá una decena de finales en alto. Todos inéditos. Una apuesta para crear expectación y, de paso, no cansar con los ya conocidos. Hubo una época en la que grandes ascensiones como Lagos (18 ascensiones), Sierra Nevada y Naranco (13) y Cerler (11) perdían gracia por repetitivas. Incluso hubo cierto abuso con el Angliru (seis subidas desde 1999) o la ya célebre cuesta de Valdepeñas de Jaén (tres desde 2010). La búsqueda de nuevas cimas permite descubrimientos extraordinarios como los del Cuitu Negro, la Bola, la Camperona o Ézaro. En esta edición se van a sumar una decena. Algunas de alta montaña como pueda ser la que va a haber en Andorra después de una etapa ¡íntegra! en el Principado.

Enfatizo lo de íntegra, porque ya tiene mérito diseñar un recorrido por un territorio que es la cuarta parte de Guipúzcoa, la provincia española más pequeña. Andorra, en el mapa, mide 23 kilómetros de alto por 24 de ancho. De tan reducido espacio hay que sacar una etapa con al menos 130 kilómetros. Habrá que ir saltando de valle en valle para encontrar el kilometraje deseado, y los valles están separados por altos puertos de montaña. O sea, que la etapa va a ser de aúpa, con la singularidad de celebrarse completamente en el pequeño Principado. No es descartable que de esta etapa naciera la Clásica de Andorra. Sería bonito. También, uno de los muchos legados que está dejando la Vuelta en estas últimas ediciones.