Cristiano cumplirá en febrero 30 años. Si nada lo impide, aún tiene cuerda para jugar en el fútbol de elite otros cuatro años. La pregunta es: ¿Dónde va a dejar el listón de los récords cuando se retire? Y esta pregunta entronca con la sabia frase que dejó Gento en AS: “Cristiano Ronaldo es el Di Stéfano del siglo XXI”. No sé si se quedó corto Don Paco en su valoración, aunque no me atrevo a corregirle. La verdad no discutible es que estamos ante un ‘Animal del fútbol’ del que hablaremos en un futuro a nuestro nietos como ahora se habla de La Saeta, rememorando sus gestas de los cincuenta-sesenta.

Cristiano también va a batir el récord de goles de la Eurocopa. Otra barrera más que salta con aparente facilidad. Y lo hará con Portugal, que salvo puntuales hazañas, no va por el mundo goleando. Al contrario, en su selección no encuentra el mismo apoyo de calidad que sí tiene en el Madrid, donde se rodea de cracks del uno al once. Cristiano no encuentra límites en el entorno ni necesita que le lleven en volandas hacia los récords. Él se los guisa con su portentosa capacidad en el campo.

Un gol necesita para despegarse de Tomasson, aquel goleador que pasó en 2007 por el Villarreal, y que se hizo notar en la Dinamarca de finales de los noventa. Cristiano está en condiciones de liderar la eurotabla dándole un brillo especial al ranking, el propio de un futbolista del que habla todo el planeta con admiración. El Madrid puede sentirse orgulloso de ser la guarida de este ‘Animal’.