El estilo Márquez deslumbra

Por primera vez en la historia, dos hermanos son campeones del mundo de motos. Y son españoles, lo que debería suponer un orgullo para todos los aficionados al deporte de este país. Y no tanto por una cuestión de nacionalidades, que también, sino porque el triunfo de Marc y Álex Márquez es el de la humildad, el trabajo y la honestidad. Valores todos que les han inculcado, como debe ser, sus padres. Gente modesta, que valora lo que tiene, lo disfruta y se empeña en mejorarlo día a día. Julià, el padre, y Roser, la madre, no han permitido que la fama ni la gloria hagan olvidar a sus hijos sus orígenes y una serie de principios que les hacen tan grandes fuera de las pistas como dentro de ellas. Porque algún día dejarán de ser pilotos excepcionales para continuar siendo magníficas personas.

En Cervera, su pueblo, así lo reconocen y se muestran encantados de tener como vecinos a una familia sencilla y encantadora que ha demostrado al mundo entero que los sueños se pueden convertir en realidad. Suena a tópico pero en este caso se trata de una certeza incontestable. El talento ha sido la base para que unos padres, con muchos sacrificios y pocos medios, hayan llevado a sus hijos a donde ahora están, a la cima del mundo en su deporte. Bien es verdad que pronto apareció la figura de Alzamora, clave para que su progresión continuara cuando el dinero podía empezar a ser una preocupación, pero el propio Emilio admite abiertamente que la labor estaba hecha, que él se encontró ya con dos chicos excepcionales, con lo que todo ha sido más sencillo. Por eso el estilo de los Márquez deslumbra, porque son de los nuestros...