La Roja está falta de Hierro

Estos días hemos anhelado la figura de Fernando Hierro alrededor de la Selección. En los asuntos de Piqué, Diego Costa y Cesc ha chirriado demasiado entre los aficionados de La Roja que se hayan dado los puntos antes de la herida, que uno se haya reservado por precaución o por lesión para un partido dentro de siete días después de haber jugado a tope con su equipo. Para esos casos y todas las situaciones, Hierro representaba ese filtro que una semana antes de los partidos oficiales llamaba y consensuaba con los seleccionados y con los clubes. Con el megáfono de Fernando Hierro en el vestuario y en la coordinación, o con alguien desempeñando esa labor que nadie realiza ahora bien en la Selección, no se hubiera sembrado el precedente de Piqué y se hubiera ahorrado un desgaste innecesario a Del Bosque y tampoco se hubiera producido el acto de espontaneidad en Radio Marca de Sergio Ramos, uno de los capitanes.

El seleccionador y el defensa actuaron como siempre. El míster teniendo sensibilidad con el club y Sergio tirando de sinceridad. El madridista es auténtico y sin dobleces. Ramos siempre habla desde el corazón y a veces hay que ponerle hielo a la sangre. Ahora no corren tiempos de bonanza para la Selección y es en estos momentos cuando más hay que tirar del carro con un suplemento de compromiso. Es el momento de cerrar filas a puerta cerrada y sin megáfonos no sembrando reproches para el futuro.