Entiendo que los fans de Messi y los poco afines a la causa madridista estén mirando con lupa el DNI de Cristiano. “Tu crack está a punto de cumplir 30 años y pronto le llegará el declive”. Eso musitan confundiendo deseos con realidades. Cierto que el próximo 5 de febrero cumplirá 30 años, pero el portugués lo hará en plenitud. Física y mental. El tendón rotuliano le ha dado una tregua, como se aprecia en su cuenta goleadora de este increíble arranque de temporada (23 goles con el Madrid y dos con Portugal). Nunca irrumpió en un curso con tanta fuerza y tanta firmeza. Se le ve entusiasmado, más confiante que nunca. Los que quieren ir prejubilándole por la edad, que sepan que Zidane fichó por el Madrid en 2001 con la edad del actual Balón de Oro, 29 años... Zizou fue amo y señor del fútbol en sus tres primeros años aquí, firmó el gol mágico de la Novena y no mostró declive alguno hasta la torpe venta de Makelele.

Cristiano no tiene techo. En su cabeza está seguir hasta los 35 o 36 años. Para entonces habrá levantado dos o tres Champions y Ligas más, otros tantos Balones y Botas de Oro, Premios UEFA a jugador del año y, además, habrá dejado la cota goleadora de la historia del Madrid en una cifra inalcanzable para los que vayan llegando (le pronostico más de 500 goles de blanco). Cristiano sí que nació para jugar en el Madrid. Este club es la horma de sus botas de acero. El Bernabéu le adora y no concibe una vida sin él. Señores y señores, bienvenidos a la Era Cristiano.