Una ciudad volcada con sus héroes. No es para menos. Porque lo que han hecho los hermanos Márquez es muy, muy grande. A medida que pase el tiempo iremos tomando más y más conciencia de ello y el propio Marc se ha encargado de recordarlo. Dos campeones del mundo con el mismo apellido ya era algo inédito en el certamen; que además haya sido en el mismo año alcanza tintes épicos... por no decir milagrosos.

Marc y Álex lo están disfrutando como todo lo que hacen, uno de los ingredientes indispensables en su fórmula del éxito. Carpe diem en estado puro, porque nadie sabe lo que nos depara el futuro. No deja de sorprenderme la filosofía de estos dos chavales, ven las cosas con una clarividencia que ya quisiera yo para mí, que les doblo en edad por bastante. Es el Método Márquez de perseguir la excelencia del triunfo, lejos de otros alardes innecesarios. Normal que la gente les adore...