Acuerdos complicados de cerrar… y de explicar

Percibo, a través de las redes sociales, ciertas críticas hacia supuestos vaivenes de la Prensa especializada en cuanto se refiere al mercado de pilotos de la Fórmula 1, en general, y de Fernando Alonso, en particular. No discuto que sean justificadas, quienes las hacen sus argumentos tendrán, pero también creo que lo que podrían parecen imprecisiones en realidad son variaciones en acuerdos tan complicados de cerrar… como de explicar. Un contrato entre un piloto y una escudería es tremendamente complejo, con multitud de intereses y matices, negociaciones interminables y la posibilidad de cambios sustanciales en ese tránsito hacia la sintonía total. Partiendo de tal obviedad es fácil adivinar que la Prensa se limita a intentar contar el estado de las cosas, que no siempre es sólo uno ni desde luego inamovible.

El propio Alonso, que debiera tener más claro que nadie lo que iba sucediendo, se ha dedicado a jugar al despiste durante meses. Lo hace en su propio interés y con todo el derecho del mundo, lo trascendental para él es su futuro y no lo que cuente o deje de contar la Prensa. En el otro lado aparece la obligación de los periodistas de trasladar a su audiencia el desarrollo de los acontecimientos, imprevisible más a menudo de lo que nos gustaría y algunos imaginan. En caso contrario, si quisiéramos movernos exclusivamente en el terreno de la certeza, tendríamos que limitarnos a reproducir los comunicados oficiales de los equipos cuando los fichajes se oficializan. Y ése no es el trabajo de un informador. Asumir variaciones sobre el guión es parte del juego que debemos admitir, sin que ello suponga faltar a una verdad con carácter de provisionalidad.