Asumir el papel de competición final de un campeonato tiene sus riesgos. Puede ocurrir que todo esté por decidir y el evento resulte de lo más apasionante… o justo lo contrario. Si el campeón se proclama con antelación, esa cita que cierra la temporada quedará exenta de cualquier tipo de interés, algo tremendo para sus organizadores. Como en Abu Dhabi parece que tienen el dinero por castigo, forzaron al promotor de la Fórmula 1 para que hiciera lo necesario para evitar una situación de ese estilo. El mundo entero debía mirar hacia ese circuito de Yas Marina y Bernie Ecclestone se encargó de buscar una solución para que las posibilidades de que así ocurriera fueran máximas. De ese modo se inventó lo de la doble puntación para esa carrera decisiva, así que Lewis Hamilton y Nico Rosberg se jugarán el título a una sola carta y en un desenlace mucho más apretado.

En condiciones normales, la ventaja del británico debiera ser suficiente. Pero la normalidad no es algo presumible en el deporte, así que Hamilton tendrá que andarse con ojo porque con tantos puntos en juego su compañero puede arrebatarle la que sería su segunda corona. Lo que en otro caso podría haber supuesto un mero trámite para el líder se complica con esto de los puntos dobles. Bien es verdad que a la vista de la superioridad de la escudería Mercedes en el Mundial 2015 la nueva normativa tiene algo menos de trascendencia (parece difícil que otros se inmiscuyan en la lucha), pero la realidad es que Ecclestone ha conseguido su objetivo y el de sus amigos de los petrodólares: toda la emoción posible en ese escenario de ensueño de Abu Dhabi. Valoraciones de un recurso un tanto artificial al margen, preparémonos para disfrutar de un domingo de carreras intenso. Y que gane el mejor…