El Eibar juega con el escenario a favor: la hierba de Ipurua tiene 655 metros cuadrados menos que la del Bernabéu. El Madrid tendrá que adaptarse a cinco metros menos de banda de fondo a fondo y dos menos de largo (esto es menos apreciable). No será un factor menor porque los armeros, además, apretarán líneas para ahogar la creatividad del rival, dejando muy pocos espacios y reduciendo el tiempo para pensar. Aquí habrá que chequear sobre todo a Isco, que apunta a relevar a James si Ancelotti se decide por rotar al colombiano.

No podemos decir que el campo pequeño (más largo que Vallecas e igual de ancho) sea un fortín para el Eibar, pues de momento sólo ha ganado a la Real (1-0), ha empatado tres (Villarreal, Levante y Granada) y ha perdido con el Deportivo. Seis goles a favor y seis en contra no anuncian una tormenta sobre el potentísimo Madrid, aunque nunca se sabe. La realidad es que Ancelotti ha dado un aviso de alarma para que la tropa esté concentrada, considerando que los factores periféricos pueden convertir el choque en muy incómodo para aquellos que quieran andarse finos con el balón. El Eibar irá con todo.