La palabra grandeur (grandeza) siempre era utilizada por Charles de Gaulle, mítico presidente de la República, cuando quería describir la actitud que, según él, Francia debe tener de cara al mundo. Ayer la justicia deportiva española, el TAD, ha tomado una decisión que refleja la grandeur de España. “Rectificar es de sabios”, cuenta el refrán popular y el TAD ha puesto orden y sentido común donde otros metieron rencores, celos e intereses comerciales. Resulta totalmente lógico que un profesional que está siguiendo una formación y que tenga autorización para entrenar por su federación, algo aceptado por la UEFA y la mayoría de los países europeos, pueda ejercer en España.

Con la sanción a Zizou, esta nación daba una imagen que no se asemejaba a la realidad. Parecía un país pequeño, encerrado en sí mismo. España y su fútbol demuestran ahora que no es así y que los talentos de fuera son bienvenidos. Me consta que el exnúmero ‘5’ madridista ha recibido con mucha alegría la decisión del TAD y que se siente aliviado después de haber vivido una situación que veía como “surrealista”. Ahora podrá trabajar con tranquilidad para el Real Madrid Castilla. Es decir, un poco también para la grandeur del fútbol español…