Quince años ha estado esperando Federer para ganar la Davis. Quince años en los que no le ha faltado compromiso, sino un buen compañero. Cuando lo ha encontrado en Wawrinka, actualmente número 4 del mundo, ha podido alzar la Ensaladera. A un país que tenga dos jugadores en el top-10 será difícil que se le escape la Davis. Los tiene Suiza, y los tiene España pero Nadal (número 3) y Ferrer (10) no juegan juntos desde hace tres años, cuando ganaron la final a Argentina en Sevilla. El siguiente país con mejores clasificados en el ranking es Francia (12 y 19), quien precisamente disputó la final. Y los otros semifinalistas de esta edición fueron la República Checa e Italia, también dos de los únicos ocho países en el mundo con dos jugadores en el top-50.

La lógica de los números se impone. Por eso es una pena el despropósito al que estamos asistiendo en España, donde hasta tenemos más jugadores que nadie en el top-20 (con Feliciano, Bautista y Robredo), lo cual nos da una versatilidad que ya quisieran para sí otros equipos. Pero ahora mismo nos falta el compromiso, y lo pagamos. Federer lo ha tenido. Ha acudido a 27 de las 36 eliminatorias de su país desde que fue a la primera, en 1999. Eso significa un 75%, pese a que las posibilidades de victoria eran mínimas. Wawrinka, por cierto, a todas desde 2004. Dentro del top-10 de jugadores le siguen Raonic (91,6%), Berdych (90,3%), Cilic (84,2%), Murray (78,9%) y Ferrer (76,9%). Y tras Federer, Djokovic (72,4%), Nishikori (53,3%) y Nadal (50%).