Histórico Pleno al 15

No pares, sigue, sigue... Así era el pegadizo estribillo de la canción El Tiburón del grupo neoyorquino Proyecto Uno (fusión de merengue y house a tope). Eso es lo que está haciendo el Madrid de Ancelotti. Ganar, ganar y volver a ganar. Así es como se hace historia. El Pleno al 15 de victorias iguala los récords compartidos de Miguel Muñoz (1960-61) y Mourinho (2011-12). Es evidente que a jugadores como Cristiano les motiva mucho esta hazaña estadística. Su manera de festejar, con el puño cerrado y un gesto inequívoco de “¡vamos!” nada más finalizar el partido de Basilea, confirma que el efecto Mou es motivacional para esta plantilla. Cierto que no fue precisamente el mejor partido de esta racha triunfal, pero Carletto sacó el manual que ratifica su inteligencia táctica y psicológica. Ante un rival corajudo y muy físico, que repartía estopa sin miramientos (Cristiano y James pueden dar fe de ello), lo mejor era amarrar los tres puntos y seguir bañándose en este spa que regula la temperatura del agua a base de victorias. Un lujazo.

Un suizo ‘envenenado’. El Basilea fue un equipo aguerrido y con una afición caliente (con los Fanatics al frente) que empujaba lo suyo desde las gradas del St. Jakob-Park. No olvido que de niño me llevé uno de mis mayores disgustos por un encuentro en Suiza (año 1978), cuando Héctor del Mar cantó por la radio la eliminación ante el Grasshopper y la dura sanción de mi Juanito por comerse al linier tras conceder el 2-0 en claro fuera de juego, que nos echó de la Copa de Europa. Suiza es neutral en muchas cosas, pero en fútbol ha mejorado. Que se lo digan a Argentina en el Mundial de Brasil (sólo pudo eliminar a los helvéticos en la prórroga). Este 0-1 es muy meritorio.

Bien Cristiano. Me encanta que al otro lado del puente aéreo estén celebrando el récord temporal de Messi como si fuese la conquista de la Champions. Es lo que le queda al Barça: las migajas. El Madrid festeja los triunfos colectivos, no los individuales. Cristiano ha igualado al mítico Raúl (71 goles), pero eso es secundario. La felicidad del madridismo es por levantar la Décima, la Undécima... Palabras mayores para Messi y para cualquier humano al que le planteen el tema, salvo que juegues en el Madrid. Y ahí están Cristiano, Ramos, Kroos, Benzema, Isco... Los auténticos Globetrotters del fútbol mundial. Que otros se conformen con ganar batallitas. El Madrid gana guerras. Si hay algún desconfiado con mi disertación, le pago hoy mismo de mi bolsillo un tour por el Museo del Bernabéu. Cuando todos ellos vuelvan a sus casas, sacarán la bandera blanca (de rendición y de admiración por el mejor equipo del siglo XX y del XXI).

Dilema co-lateral. Cuando juegan Carvajal y Marcelo, el Madrid sale con ocho al ataque. Son dos extremos volcánicos y trepidantes. En Basilea jugó el Plan B, con Arbeloa y Coentrao. Sobrios en defensa, pero en ataque están muy lejos del nivel de sus compañeros. Y se nota en la dinámica del juego ofensivo. En La Rosaleda, lo normal es que el sábado vuelvan Carva y Marcelinho. Laterales deluxe.

Afición orgullosa. Este Pleno al 15 va por un gran madridista como Xiscu, un camarero gallego que trabaja y reside en Lloret de Mar, rodeado de culés. También va por mi amigo Fran, de La Granja, que vio el partido en la sede de la Peña Don Enrique de Valladolid. Están seguros de que esta temporada tendrá un final feliz. ¡Vamos, vikingos!