Al fin el Barça gana ensayando heroísmo. Esta es la nueva situación: el Barça estaba contra las cuerdas del tiempo, Busquets ensayó lo imposible y lo que en más de media hora de arreón azulgrana había sido nada ante la portería del Valencia se convirtió en posible. Es, quizá, el suspiro de Luis Enrique el que le ha dado a este equipo peristáltico la posibilidad de subirse a los lomos de su desgracia rematadora para convertir sus energías en una moneda de oro que de vez en cuando refulge.

Y al fin se puso de manifiesto la capacidad competitiva de estos jugadores, que prefirieron seguir luchando que quedarse a medio camino, un 0-0 que hubiera iniciado un desvío difícil de superar en la Liga. El Valencia mereció otra cosa, y el Barça mereció también otras cosas, pero ese delirio rematador fallido del final merecía otra suerte para los azulgrana. Sólo fue justo el resultado teniendo en cuenta esa parte del encuentro. Pareció un milagro que el Barça ganara al fin el primer partido heroico.