Cuenta atrás para el Dakar. En poco más de un mes arrancarán los motores en Buenos Aires y Nani Roma tendrá que defender su condición de campeón en coches. Lo hace con la serenidad de quien se sabe preparado para el desafío. Lo está desde que acabó la anterior edición de la gran carrera desértica, en la que vivió unas jornadas decisivas, en lucha con Peterhansel, que seguro le han curtido para cualquier otra batalla. Además su equipo ha trabajado mucho y bien este año, el Mini ya sabemos que es sobradamente competitivo y muy fiable, así que sólo el azar podría jugarle una mala pasada, lo único que queda fuera de control en una competición tan exigente e incierta como ésta. Lo importante, como explica el propio catalán, es que si algo falla no sea por relajación o falta de previsión.

Es así como veo al campeón como claro favorito en esta ocasión. No me lo había parecido antes, pero ahora sí que creo que tiene mucho de su parte para repetir el éxito que ya logró en enero pasado. Peugeot llega como un rival temible pero sería sorprendente que jugará ese papel en su debut; Toyota siempre está ahí, pero un pasito por detrás de los Mini, veremos si en 2015 han conseguido avanzarlo. Peterhansel, que era el peor enemigo en casa, ha cambiado de aires y esa inquietud también se esfuma para Nani. Y él mismo es un piloto cada año más preparado, experimentado y consistente, cualidades valiosísimas en el Dakar. Ahora le esperan 9.000 kilómetros por algunos de los parajes más inhóspitos de Suramérica para demostrar que toda esta teoría se puede aplicar a la práctica. Casi nada…