Vacunado contra la mediocridad

Seguramente todo apunta a una casualidad, pero no deja de ser llamativo que Arrigo Sacchi haya venido a Madrid esta semana en concreto y que haya podido ser invitado por Carlo Ancelotti a la cena del jueves en el Txistu, en la que se celebró el gran trabajo realizado hasta ahora. Los más jóvenes deben saber que este señor fue un genial entrenador y el arquitecto del gran Milán de finales de los ochenta y principios de los noventa. Equipo en el que militaba, en el centro del campo, el que es ahora el técnico del Madrid. Cerca de Carletto, jugaba Frank Rijkaard y es, justamente, el récord que estableció el holandés con el Barça el que el equipo blanco pretende igualar esta noche. Todo ello me parece una conexión astral maravillosa que vuelve a recordarnos, si hiciera falta, que el madridismo está viviendo una época de lujo.

Cuando se habla del Madrid de hoy, se nombran a mitos del fútbol, se debate sobre la excelencia del juego, se calculan récords de goles, se coleccionan Balones de Oro entre numerosos premios y diversos reconocimientos. El equipo de Ancelotti está vacunado contra la mediocridad y la bajeza. El Madrid viaja en business class y sólo hace falta sentarse y dejarse llevar. Sin preocuparse de nada.