Los responsables del Circuit de Barcelona-Catalunya han presentado el resultado de su gestión durante la temporada que ahora acaba y el balance no puede ser más positivo, sobre todo en los tiempos que corren. Mucha actividad, pruebas de primera categoría mundial y, sobre todo, recursos multimillonarios los que se han generado en su zona de influencia. Es de agradecer que sus gestores presenten con claridad y detalle el estudio que evidencia la riqueza que el deporte del motor puede llegar a producir, que va mucho más allá de los ingresos que directamente recauda la propia instalación por venta de entradas, alquileres y eventos. Más de medio millón de personas han pasado por Montmeló este año y han gastado 332 millones de euros en comer, beber, dormir, combustible, peajes…

En el 85 por ciento de las jornadas de este año ya agonizante ha habido ocupación en el circuito, algo esencial para garantizar su viabilidad más allá de las competiciones de relumbrón. En este sentido considero muy acertada la labor que está realizando el equipo de profesionales que dirigen Vicenç Aguilera, como presidente del consorcio, y Salvador Servià, director general del circuito. Ambos son hombres de las carreras, con una larguísima trayectoria en el mundo de la competición, han desempeñado diferentes responsabilidades durante décadas y todo ese bagaje les está permitiendo afrontar con pocos recursos pero con mucha imaginación y buenos resultados una de la coyunturas menos propicias de la historia para este tipo de actividades. Y debemos felicitarnos de que el trabajo bien hecho de especialistas cualificados y experimentados dé los frutos apetecidos. El éxito no llega por casualidad…