Un club aferrado al ‘ojalá’

Invoca José Manuel Lara Bosch a un “tonto”, literalmente, como única opción salvadora del Espanyol en esta entrevista que AS les ofrece hoy en exclusiva. Se refiere a la sempiterna figura de un inversor externo que llegue, haga un desembolso y aligere la deuda. Lo ha buscado Dani hasta debajo de la arena de la playa de Vilassar, lo rastrea Genética Perica mientras suma acciones y sigue sin aparecer, no porque falten multimillonarios amantes del fútbol sino porque sobran avales de los que hacerse cargo. De ahí lo del “tonto”, claro está, aunque mejor esto no lo lea ningún árabe, ruso o chino.

Lo del “tonto”, o lo del inversor, no es más que la confirmación de que el Espanyol hace tiempo que anda aferrado al “ojalá”. Al deseo de que algo suceda, casi por ciencia infusa. Que aparezca un salvador. Que Hacienda se avenga a renegociar unos plazos inasumibles para pagar la deuda. Que el actual Gobierno apruebe una nueva Ley del Deporte y que, como nos explicaron en la pasada Junta, la televisión aporte ocho millones más de ingresos al año. Pero también que pasen rápidos los 45 minutos del derbi y que el árbitro pite cuanto antes. Que haya tres equipos peores cada temporada, no vaya a ser. Un sinvivir continuo que explica el desapego no de Lara, sino de la afición, que precisamente tonta no es.