¡Viva la palabra, viva la luz!

Cualquier aficionado de un club de fútbol quiere saber lo que pasa dentro. Desea conocer la verdad para poder afrontar los partidos con realismo. No hacerse falsas ilusiones si las cosas funcionan, pero tampoco moderar su entusiasmo cuando todo pinta bien. Ya abundan demasiadas mentiras en la vida, en el trabajo, incluso en el amor, para que vengan a molestar nuestro ocio favorito: el fútbol. Por desgracia, el secretismo se ha apoderado de la mayoría de los grandes clubes, y también de los pequeños. No decir nada o, peor, transformar la realidad se ha convertido en un reflejo que perjudica, creo yo, la relación con los aficionados. Por ello, me están gustando cada vez más las conferencias de prensa de Ancelotti. Ejercicios que son, no hay que olvidarlo, herramientas de comunicación cuyos destinatarios son los seguidores madridistas. En vez de usar esos momentos para hacer un show y tapar las cosas, el técnico italiano explica y aleja las dudas.

El discurso de ayer fue un ejemplo. ¿Fichar en el mercado de invierno? Dependerá del estado físico de la plantilla. ¿La posición de Illarramendi en el campo? El vasco puede moverse pero Carletto no va a cambiar de sitio a Kroos. ¿Las lesiones de Modric y de James? Ancelotti detalló con claridad la evolución de cada uno sin pretender esconder nada. Los que creen que vivir en la oscuridad y el silencio garantiza un mejor trabajo, se equivocan. El Madrid más transparente de los últimos tiempos acumula récords de victorias…