Casillas volvió a ser decisivo

Iker lo volvió a hacer. Fue determinante en un momento crucial del partido de ayer. La verdad es que desconozco y no me interesan los motivos deportivos o extradeportivos que llevaron a nuestro capitán a una situación incómoda, e incluso insostenible, hace unos meses. Tampoco comprendí ni compartí los pitos del Santiago Bernabéu hacia su persona. No por los pitos en sí, sino porque no respondían ni tenían relación con sus actuaciones en el terreno de juego. A día de hoy parece que esto forma parte del pasado. Hay que darle las gracias a Ancelotti por ser capaz de apaciguar el temporal, dar confianza al jugador y hacer que se sienta seguro. El rendimiento de Iker ha ido en aumento a medida que los partidos han ido transcurriendo, como no podía ser de otra manera.

Ya sabemos que en este país tenemos poca memoria y parece que nos cansamos de ver a las mismas personas en los mismos lugares. Siempre pensé y manifesté que lo de Casillas dependía única y exclusivamente de él mismo. De conseguir evadirse del ruido externo, centrarse en entrenar duro y volver al nivel competitivo del que ha hecho gala durante su exitosa carrera. Habrá pasado momentos difíciles, de incomprensión e incluso de reflexión sobre qué hacer con su futuro. Hoy parece superado. Ayer apareció cuando tenía que aparecer, cuando el partido estaba en el aire y con el resultado abierto. Detuvo el penalti que cambió la suerte del encuentro. Me alegro especialmente por él, debido al enorme afecto que le tengo y también me alegro de que el madridismo esté unido. Juntos somos más fuertes.