Escribá empieza a remar por su cuenta

Los resultados han tapado las miserias del Elche durante los dos últimos años. El paraguas deportivo se cerró de golpe en la cuarta jornada, tras perder ante el Eibar. Los chuzos caen de punta sobre la directiva, incapaz de tapar las vías de agua que inundan la nave franjiverde. Las deudas apremian, el préstamo no llega, Anguix cuestiona a Sepulcre y el equipo, lo más importante, está hundido. Y, por si fuera poco, Escribá se ha puesto el flotador para salvarse del naufragio. Le dejaron la plantilla sin dos fichajes y ahí tiene su tabla de salvación.

El entrenador del Elche habló claro el sábado sobre la situación que rodea a su club. De los elogios que dedicaba a su plantilla, la que diseñó con Víctor Orta y de la que decía que era corta en cantidad pero amplia en calidad, ha pasado a decir que compite en inferioridad contra el resto de sus rivales. ¿Qué mensaje transmite a sus jugadores para salir a competir en un partido tan trascendente como el de esta noche en Riazor? Siempre he admirado al entrenador por su comportamiento y por los éxitos que, junto a dos grandes plantillas, ha logrado en el campo. Sin embargo, no me gusta que, en su bote, empiece a remar por su cuenta.