Briatore confirma lo que ya sabíamos

No hay muchas personas que conozcan a Fernando Alonso mejor que Flavio Briatore. Su jefe en Renault aún se ocupa de determinados asuntos del piloto, así que su contacto sigue siendo muy estrecho tanto por negocios como por la sintonía que siempre han tenido. Por eso las palabras del italiano están cargadas de un especial valor cuando se refieren al asturiano y ahora ha venido a confirmar lo que la mayoría ya pensábamos: que Alonso se ha marchado de Ferrari harto de tantas promesas baldías. Obvio que ha sido así, roza lo imposible mantener la confianza inquebrantable en un proyecto que hacía aguas de ese modo y menos aún prolongarla en el tiempo durante cinco largos años. La paciencia tiene un límite y la esperanza, también…

Si desde fuera la incompetencia reiterada de la Scuderia resultaba tan incomprensible como inaceptable es fácil adivinar cómo debe haberse sentido Alonso durante mucho tiempo. Especialmente frustrante habrá resultado para él este último año, cuando por fin en Ferrari decidieron asumir que la situación era insostenible y afrontaron cambios… para empeorar aún más las cosas. La llegada de Mattiacci no sólo no solucionó ninguna de las carencias manifiestas del equipo sino que, además, enrareció el ambiente con el español para convertirse en el detonante que hizo saltar por los aires su relación. Fue así como vimos a un luchador casi rendido en las últimas carreras del Mundial, hastiado de buenas intenciones inútiles y desesperado ante tanta incapacidad.