Aunque sean muchos los que tienen interés (la mayoría sin sentimiento atlético) en poner trabas y pegas a la llegada de Fernando Torres a su casa, no tengo duda de que las cuentas al final saldrán con superávit para el delantero colchonero y también para el equipo que dirige Simeone. Fernando no perderá tiempo en adaptación. Sus 30 años y su poderío físico serán una gran arma en manos del Profe Ortega, quien ya ha reconocido que el Niño ha sido el mayor potento físico al que ha entrenado. Su compromiso e ilusión son virtudes que apasionan al Cholo y su ADN rojiblanco le aseguran un margen de confianza entre los del Calderón. La gente le quiere y que regrese al lugar donde creció es un orgullo para todos los colchonero. El Cholo, un enamorado del 4-4-2, tendrá el acompañante perfecto para un Mandzukic que no escatima a la hora de trabajar en el repliegue.

Fernando es un recurso que anhela una plantilla que se camufla esperando agazapada un zarpazo a la contra, no lo duden. Fernando que sufre cuando su equipo tiene control del juego porque le obliga a jugar en espacios reducidos, aprovechara la filosofía de los del Cholo. No depender de un 75% de posesión y sí de una gran solidez para aprovechar los espacios dejados por sus rivales. El Niño Torres en plenitud física y mental es el que tiene las zarpas más afiladas. Se fue cuando su equipo se le quedaba pequeño, ahora no dudo que con su afición, Simeone, el Mono y el Profe Ortega estará a la altura de este Atlético.