Kroos, digno sucesor de Uli Stielike

Toni Kroos es el fiel exponente de lo que en España se llamó siempre “alta fiabilidad alemana”. Todavía estaba el Muro cuando nació en la antigua República Democrática Alemana (Greifswald, 1990). En el Bayern ya evidenció su facilidad para aliarse con el éxito. En los 195 partidos disputados con la camiseta del equipo de Múnich, Kroos acumuló nada menos que 12 títulos y 23 goles. Pero entre Beckenbauer, Rummenigge y Hoeness (en la cárcel) no supieron valorar el diamante en bruto que tenían. El Madrid sí vislumbró el pedazo de jugador que había ahí y en cinco meses ya lo ha rentabilizado hasta convertirse en titularísimo en el once de Ancelotti. Para la afición, el alemán es como Cristiano o Ramos: indiscutible.

Kroos, que cumplirá en plenitud en Mestalla los 25 años, me recuerda mucho a Stielike. Uli fue un gran fichaje de Santiago Bernabéu en el año 1977 (el club iba a por Wimmer y él cambió la propuesta: “Quiero a ese del bigote que tiene tan mala leche”). Los 48 millones de pesetas invertidos en él los justificó con ocho años de impecable servicio, con 338 partidos oficiales, 51 goles, 3 Ligas, 2 Copas del Rey, 1 Copa de la UEFA y 1 Copa de la Liga. Stielike llevó impregnado el ADN del Madrid. Kroos, igual.