Claudio, no seas Bravo

Sea como fuera su salida de la Real Sociedad, no podemos olvidar que Claudio Bravo es uno de esos grandes de la historia txuri-urdin más reciente. Así lo debemos considerar. Los datos así lo avalan: es el segundo extranjero de la historia con más partidos como realista tras Kovacevic. Y es el portero que ostenta el récord de imbatibilidad en Anoeta. Sólo con eso debería bastar para que su regreso a Anoeta con el Barça no sea traumático. Todo lo contrario. Humildemente, pienso que debería ser bien recibido. Lo contrario, me parecería desagradable.

Aunque es verdad que me siento dolido por su marcha sin despedirse como es debido de la que ha sido su afición los últimos ocho años, no puedo obviar que su aportación a la Real fue más allá de los números. Fue un portero que ganó muchos partidos, una rara avis en San Sebastián, hasta su llegada reservada únicamente a un gigante como Arconada. Y tampoco puedo obviar que dejó 12 millones, que sirvieron para asegurar a Vela. Son motivos como para estarle agradecido y considerarle uno de los nuestros aunque estará en la portería contraria y sólo le puedo desear un dolor de cabeza en su vuelta. Pero para eso Claudio no debe ser tan Bravo como ya sabemos que es. Porque lo hemos disfrutado mucho y no queremos sufrirlo.