El Dakar, mejor por Navidad

El Dakar echa a andar. Por séptimo año consecutivo en Sudamérica. Allí ha encontrado un territorio ideal, después de la inestabilidad que se vive en África. Hay desiertos, hay dunas, hay etapas solitarias maratonianas... Todo parece igual, pero no es lo mismo. Con el cambio de continente se ha perdido la denominación de origen, que era muy poderosa. El Dakar tenía un enorme poder de atracción cuando se adentraba en Marruecos, Argelia, Níger, Mauritania, Mali... hasta acabar en Senegal. En África tardamos en ganar el Dakar (Roma en 2004 y Coma en 2006), pero la carrera pasó a ser una clásica por Navidad. Carlos Mas, Arcarons, Prieto, los Servià... eran nombres que se nos hacían familiares por esas fechas.

En aquellos años el Dakar alcanzó entre nosotros una popularidad enorme, superior incluso a la de ahora, que lo ganamos en coches y en motos. Pero entre que le falta la llamada de África y que sus fechas se han ido retrasando, ha perdido reclamo. El Dakar estaba muy bien puesto en el calendario cuando salía en las fechas próximas a Navidad, pues durante prácticamente toda una semana no había más noticias en el deporte que las que proporcionara la carrera. Luego fue cediendo esa exclusividad al salir el 1 de enero, y ahora que lo hace aún más tarde, los pilotos tienen que compartir protagonismo con otras grandes figuras del deporte. Una lástima. El Dakar fue un gran invento, y no lo estamos mejorando.