Bartomeu es Mr. Chance

Bartomeu compareció para decir que él no es el jefe, que el jefe es el otro. Lo que hizo desde el principio de sus tiempos (que tocan a su fin) el bueno (a mí me pareció un hombre bueno, lo dije) de Bartomeu se parece a lo que hace Peter Sellers en la conocidísima película Bienvenido míster Chance. Chance era un jardinero que, muertos sus dueños, salió de su paraíso terrenal para afrontar la vida diaria. Lo único que había hecho en su vida fue ver la televisión, y de la televisión extrajo las enseñanzas con las que afrontó el mundo. A partir de ese aprendizaje encandiló al personal, hasta el punto que llegó a ser el principal asesor del ya anciano presidente de los Estados Unidos.

Pues Bartomeu es como Mr Chance. Lo que ha dicho lo sabe todo el mundo: el jefe es el otro, es decir, Messi. La autoridad de Messi no viene de los votos, sino de la grada y de la tradición futbolística: Di Stéfano fue el jefe en el Madrid, Kubala lo fue (más manejable) en el Barça; Cruyff fue el jefe, y después lo ha seguido siendo. Lo que ha hecho este Mr. Chance de la historia azulgrana ha sido reconocerlo ante los taquígrafos, para vergüenza (probablemente) del entrenador. El asunto que desata esta obviedad es la falta de tacto con que los que guardan la esencia barcelonista (la esencia es Messi) han trabajado el ego del astro azulgrana. Como han roto este jarrón chino ahora están todos recogiendo los pedazos apresuradamente, y lo que hacen es poner en evidencia la capacidad del bueno de Mr. Chance para parecerse a Bartomeu.