“Raros, locos, ilógicos...”

Sintetiza Víctor Sánchez, el ‘todocampista’ del Espanyol, el principal rasgo del equipo esta temporada: “Ser regulares es nuestra asignatura pendiente”. Y así, en esa montaña rusa sin final, son capaces los pericos de sonrojar al más optimista con una humillante derrota ante el Eibar o de animar hasta a los perdidos para la causa con un partidazo contra el Valencia, todo ello en sólo tres días de diferencia. Nadie diría, eso sí, que ambos encuentros al fin y al cabo se perdieron.

Resulta tan imprevisible el Espanyol, tan espontáneo, que incluso sin entrar en ninguna quiniela —y con la afición más pendiente de la vuelta de Copa que de esta tarde—, es capaz de ruborizar al Real Madrid como lo hizo durante 45 minutos en el Camp Nou, ante el Barcelona, hasta que irrumpió un tal Messi. Casilla y Sergio García son seguramente los jugadores que marcan la diferencia entre el conjunto perico y la mayoría de clubes que pugnan por eludir el descenso. Cabrá ver si también pueden liderar el asalto al Bernabéu. Un triunfo inesperado, como lo es el propio Espanyol, un club que se autodefine como ‘Maravillosa Minoría’ y que deja este eslogan que bien valdría para el bagaje del equipo: “Raros, locos, ilógicos, imprescindibles”.