Isco: querer es poder

Quince minutos de Isco sacaron lustre a un partido sin historia. El malagueño hizo un buen encuentro en general, pero durante un cuarto de hora se disfrazó de genio para que el público se olvidara de pitar a Bale y alucinara con el recital del centrocampista: pases, controles, disparos, esforzadas recuperaciones... Acciones de todos los colores que levantaron al público del asiento. Isco es en este momento uno de los tres mejores centrocampistas del mundo. El chaval está recogiendo el fruto del trabajo que ha realizado en los últimos meses para darle a su fútbol lo que Ancelotti le pedía: continuidad y un físico potente y resistente.

Es de los pocos titulares indiscutibles para Carletto que, a pesar de hincharse a correr, no da la sensación de necesitar un respiro porque se le nota fresco. Como es muy joven, muy bueno y está muy centrado en su profesión, no se va a conformar porque tiene la ambición que distingue a los mejores.