Sergio debía estar hoy en el podio

Cristiano es la bandera del Madrid, pero Sergio Ramos es a la vez el corazón y el escudo. El Tarzán de Camas lleva varios cursos incluido en el once ideal del año, elegido por sus compañeros de profesión. Pero Sergio hubiera merecido en esta edición del Balón de Oro un reconocimiento mayor: debía estar en el podio de finalistas en detrimento de Neuer. O del propio Messi. La Décima llevará siempre su sello. Sus dos golazos en Múnich (¡a Neuer!) y su cabezazo imperial, celestial y salvador de Lisboa siempre quedarán en los corazones de varias generaciones. Ramos cambió nuestras vidas y la de millones de madridistas repartidos por todo el mundo. Sergio es un líder, el mejor central del orbe. Merecería estar entre los tres primeros. Cristiano (the best), Ramos y el que sea para completar el podio...

Sergio tiene galones de mando en el vestuario. Y en el campo. Ya sé que a veces puede aparentar que se envalentona en exceso y eso le ha llevado a cometer algún error, pero qué quieren qué les diga. Haga lo que haga el resto de su vida, yo siempre le rendiré pleitesía y me iré a Camas de rodillas si hace falta para agradecerle los servicios prestados. Si no llega a meter ese gol mágico en el minuto 92:48, mi vida y la de muchos de ustedes sería un infierno. Sergio, gracias eternamente...