La escuela española de balonmano

Qatar es el anfitrión del Mundial de balonmano. Un Mundial que no organiza precisamente como comparsa. Aspira a estar entre los cuatro primeros de la liguilla, superar la primera fase y una vez en octavos... Ya son eliminatorias directas; si el resultado va apretado y el arbitraje es amable... Qatar ha puesto mucho en este Mundial. Nada menos que 220 millones de euros. Veinticuatro equipos con los gastos pagados, clá traída desde España, cuatro pabellones ultra modernos, sede única para comodidad de todos los participantes... Como no había duda de que en este Mundial iba en serio, puso al frente de su proyecto deportivo al mejor entrenador del momento: el seleccionador campeón del mundo, Valero Rivera.

Ayer comenzó la competición y el resultado (28-23) muestra la solidez del proyecto de Qatar. Enfrente estaba Brasil, otra selección que tiene mucho en juego: nada menos que ser la anfitriona en la competición olímpica de balonmano del próximo año. En el banquillo, Jordi Ribera. Otro técnico español. Si Qatar buscó al mejor entrenador posible del momento, Brasil hizo lo mismo. El resultado son dos españoles al frente de las selecciones que mayor compromiso han adquirido en el balonmano. Que España exporte técnicos a aquellos países que buscan a los mejores del mundo es motivo de orgullo y de reconocimiento a esa escuela española de un deporte que ha tenido que emigrar para seguir creciendo.