Williams, la energía que falta

Un punto de los últimos 18, 19 al terminar la primera vuelta y dos torneos más con los que ilusionarse, pero que desgastarán lo suyo. Lo que se le avecina al Athletic es para temblar. El equipo de Valverde no compareció roto en El Madrigal, tuvo su personalidad para tratar de mandar, pero cometió errores caros. Los remates tibios de Aduriz y Unai López perdonando el 0-1 fueron el preámbulo al gol de Cheryshev. Uche generó el espacio y llegó la entrada letal del ruso, a quien habían levantado la sanción (no como a Muniain por decir a un línea lo que los árbitros se suelen tragar). El Athletic fue osado y Marcelino le partió la cara con balones largos, amoldándose al rival. Fue listo, que tomen nota.

Los leones adolecen de chispa y Williams se la puede dar. Sus esperanzadores minutos fueron lo mejor en lo individual, está ahí para ayudar por su ambición y velocidad. Ya había avisado en Riazor. Deberá buscarle hueco el técnico, bien para estirar al equipo fuera, replegándose más, o de extremo. Su frescura es fundamental. Y que de una vez por todas, Urrutia se dé cuenta de que le tiene que traer un refuerzo a su entrenador. Pujar por la cesión de Illarramendi es su gran obligación.