Raúl García: el chico para todo

El Atlético ya es uno de los grandes. En partidos atascados como el de ayer del Granda, un penalti salvador, le permite enderezar el rumbo. Luego, su chico de oro, Raúl García, llevó la tranquilidad al Calderón. Ocho goles lleva el navarro y es admirable su espíritu de equipo. Nunca protesta, siempre vale para todo. No le importa jugar en cualquier puesto en el que sea útil a su entrenador y encima tiene el gol metido entre ceja y ceja. Ocho tantos para acabar la primera vuelta es una cantidad más que respetable. Y además se gana a la afición. No consiente que los rivales se rían o le tomen el pelo a la camiseta que está defendiendo. El principal enemigo que tuvieron los cholistas ayer fue el cansancio. Las secuelas del derbi copero pasaron factura, pero incluso en estas ocasiones límites el bloque de Simeone tira de experiencia y al final suman los importantes. La tercera plaza en la Liga sigue siendo la prioridad. Y el miércoles en Copa ante el Barça volverán a demostrar que aprenden de los errores que ya cometieron hace semana y media.

Cualquier parecido con la cita liguera de hace unos días sea mera coincidencia. Fernando Torres fue la estrella y su pase a Godín propició el penalti liberador. Mandzukic volvió a currar como nadie. Este Atlético sigue estando a la vanguardia.