Messi a la derecha y Torres asentado

Este ‘Neoclásico’ llega en buen momento, con el Atlético evangelizando el Extremo Oriente y el Barça aparcando sus problemas, a fuerza de goles de Messi, la mejor medicina. No tenemos ya al Madrid en la Copa, pero este es el mejor partido que sin él se puede ver en España y está tomando una posición de seria altura en el fútbol mundial. Y ya no es por el desquicie más o menos anecdótico de aquellos años atrás, en los que se rompían las pizarras y llovían los goles. Ahora es por la sustancia que hay siempre en juego: una Liga (la última), una Supercopa (la penúltima) o un cruce de Champions.

Ahora se trata de saltar a las semifinales de Copa como favorito para el título, dada la forma en que el sorteo complicó un lado del cuadro y facilitó el segundo. Y, decía, les coge bien, en lo anímico y en el juego. Luis Enrique de repente ha dado en hacer lo que desde el principio hubiera hecho cualquier aficionado, fuese oficinista, ingeniero, taxista, camarero o médico: poner la alineación de cajón. Y resulta. Hoy se supone que tripitirá, sin más alteración que el cambio ritual de portero, que ya parece cosa obligada por el reglamento de la Copa. Con eso y Messi a la derecha, (cortesía con Luis Suárez), el Barça pita.

Y el Atleti también pita. Torres ha entrado a las mil maravillas, en pareja de ataque con Mandzukic. El croata empezará hoy en el banquillo y atacarán con punto de partida desde las bandas Arda Turan y Koke, con Griezmann de mediapunta. Y los laterales para apoyar con las subidas. Es un buen Atlético, al que hace poco se le escapó un gallo en el Camp Nou en forma de pésima primera parte, pero que ahora llega recrecido, vencedor del Madrid, con todo abierto y un Simeone que escapa de trampas saduceas: ni Brasil ni Madrid. Lo suyo es Argentina y el Atlético. Será a las diez de la noche. Será un gran partido.