El Atlético rompió moldes con el fichaje de Oblak. Nunca en España un equipo había pagado tanta pasta por un portero. Se habla de 16 millones de euros. Moyá venía como suplente y se ha hecho con la titularidad con actuaciones estelares y con regularidad. Mientras, el esloveno, que siempre ha ido de menos a más (con el Benfica empezó de tercer portero y acabó de titular la pasada campaña), espera agazapado su oportunidad en la Copa (en la Champions, tras su mala noche en Atenas ante el Olympiacos de Michel, Simeone no le ha vuelto a poner).

Sustituir a Courtois no era sencillo. El Cholo no pidió a Oblak, pero su amigo Pirlo le dijo que era un gran portero y tampoco rechazó su fichaje. Oblak, salvo ese resbalón en el gol de Ramos, estuvo a la altura ante el Madrid en la anterior eliminatoria. El cancerbero esloveno será, junto a Torres, una de las claves y, si aguanta el tirón, el Atlético cuenta con opciones de seguir. En la otra portería Luis Enrique también hace rotaciones. A pesar de que el asturiano dijo a principio de temporada que no iba a hacer rotaciones en la portería en función de las competiciones, los hechos dicen que Bravo juega la Liga y Ter Stegen la Champions y la Copa. Pero el Barça depende de si a Messi le apetece jugar. Y Neymar está enorme. Tendrá trabajo Oblak. Y Ter Stegen.