Djukic lo dijo en el Encuentro de los Ases que celebramos el jueves en Córdoba: “Iremos con el cuchillo entre los dientes. Sin el cuchillo, el Córdoba no puede ir a ningún sitio”. Con el cuchillo y una táctica conservadora, porque los datos en El Arcángel son flojos: una victoria (ante el Granada), tres derrotas y seis empates. La idea será sellar las vías de pase de James, cerebro blanco ante la baja de Isco, amén de atar en corto a los Cristiano, Bale y Benzema. El camino lo marcó el Atlético con éxito, intentó emularlo el Getafe y ahora le toca imitarlo al Córdoba.

James tiene la llave del cerrojazo previsto y una gran responsabilidad en Córdoba. Es un partido en el que debe echarse el equipo a la espalda. En el Coliseum apareció para dar dos asistencias de gol, además de otros balones bien metidos entre líneas. Parece estar en forma, capaz de abanderar el juego ofensivo del Madrid, por más que Djukic intente maniatarle. Es una prueba de capacidad para James, escoltado por Kroos y Khedira, pareja mundialista de garantías. El colombiano tendrá muy poco campo para moverse, y de su talento dependerá que encuentre soluciones para que la BBC blanca siga haciendo estragos.