El futuro esplendoroso de Laia Sanz

Laia Sanz está acostumbrada a luchar más que la mayoría por sus objetivos. Desde su condición de mujer en un mundo de hombres, como es el motociclismo, ha tenido que trabajar duro para llegar a donde ahora se encuentra y piensa seguir haciéndolo porque su talento le da la confianza y la fuerza necesarias para ello. Y con ese planteamiento creo que su futuro sólo puede ser esplendoroso, de momento continuando en las motos y dentro de no demasiado en los coches. Asegura que nunca podrá ganar en Dakar sobre dos ruedas, pero se le ilumina la mirada cuando sueña en hacerlo sobre cuatro...

Ahora sólo queda que Honda, su marca, aprecie en su justa medida el valor y la repercusión de su novena posición absoluta de este año. Primero porque lo merece y segundo porque no deben despistarse, Laia es una tentación evidente para cualquier otra marca. Ella sólo piensa en seguir progresando y aspira a obtener lo antes posible un trato idéntico al de sus rivales masculinos. La suya no es sólo un reto deportivo, también tiene algo de reivindicación femenina. No quiere nada que no le corresponda por ser mujer, al igual que tampoco quiere menos por el mismo motivo. Sus resultados son aval suficiente para exigirlo así y seguro que quienes confíen en ella no se verán defraudados.