Ese gol que parecía fácil, dijo ayer don Luis Suárez en Carrusel, es muy difícil de lograr; se refería el maestro al gol que Messi marcó haciendo un dribling de aire. Fue su segundo tanto en el partido, de los muchos que pudo hacer. Este muchacho es un pensador de los goles, de los que hace, de los que manda hacer. Decía Alfonso X el Sabio que un rey no hace un libro porque él mismo lo hiciera, sino porque lo manda a hacer. Y en eso este extraordinario futbolista goleador es también un pensador. No sólo coloca bien la pelota para que otro marque porque se sabe de memoria esa tarea del tiralíneas, sino porque además está dotado de la reflexión veloz con que cada jugada ha de elaborarse.

El resultado son esas filigranas que parecen propias de la intuición, cuando en realidad están marcadas por el pensamiento. La goleada proviene de esa actitud, que es un acontecimiento feliz para el Barça de este invierno.