Jorge Lorenzo hace propósito de enmienda para 2015

Todos los proyectos arrancan, o deberían hacerlo, con optimismo e ilusión. Ha sido lo que se ha respirado en la presentación del equipo oficial Yamaha para el Mundial de MotoGP y me ha parecido un sentimiento bastante realista y justificado. Al menos mientras que los resultados no demuestren otra cosa, en la marca de los diapasones están convencidos de que la inercia que lograron en la segunda mitad de la pasada temporada debe impulsarles para para neutralizar de inmediato la brecha que pudiera existir con sus rivales de Honda. Un planteamiento que se hacen igualmente sus dos pilotos, Rossi y Lorenzo. El español me gustó mucho en su declaración de intenciones, no en vano comenzó haciendo propósito de enmienda. “De los errores se aprende”, dijo con rotundidad al referirse a sus problemas físicos de 2014 consecuencia de una preparación mal planificada.

Ése el primer requisito para progresar, para mejorar y superarse: asumir las propias carencias. Si tal actitud se convierte en tendencia para Lorenzo a lo largo de este año, para mí es el gran favorito a plantar cara a Márquez, por encima incluso de su compañero italiano. Un ejercicio de autocrítica y de aprendizaje es el caldo de cultivo ideal para que el talento natural del mallorquín le lleve al nivel que ya exhibió en sus mejores campañas, los de los títulos de 2010 y 2012. Fortalecer también su mente (especialmente para enfrentarse como antaño a las carreras en condiciones climatológicas cambiantes) es el otro paso obligado para que su potencial le permita ser protagonista del certamen desde el primer gran premio y con consistencia, sin baches como los que tanto le penalizaron el año anterior. Y si además la Yamaha va tan bien como aseguran quienes la han construido, creo que Marc puede llegar a tener más dificultades. Eso sí, sólo la mejor versión de Lorenzo podrá plantar batalla a un campeón tan inspirado como el catalán, ojalá lleguemos a disfrutar de ella.