La noche que tanto esperaban

No es una final, pero casi. Basta con ver cómo lo afronta el sevillismo, que se volcará sobre su equipo en el Pizjuán. Y como tal también se toman este partido los pericos, para quienes la cita supone poco menos que una revancha sobre el Espanyol que en 2007 cayó ante el Sevilla, por penaltis, en la final de la UEFA. Es la noche que llevaban siete años esperando y que, a diferencia de aquella, no requiere de una hazaña, de un partido mayúsculo, pues la machada ya se obró en la ida, con el 3-1. Y hoy solo debe el Espanyol gestionar la ventaja.

Deben actuar los pericos como si no se tratase de un nuevo encuentro sino de la segunda mitad del mismo. Y eso lo sabe tan bien Sergio González que lo empezó a jugar en la sala de prensa del Power8. Hace una semana, con los pulsómetros aún al borde del estallido, el entrenador esbozó una sonrisa cuando le preguntaron por el fatal tanto de Bacca en el 91’, que lo dejaba todo abierto: “¿Tristes? Todos hubiéramos firmado un resultado así”. Sergio transformó la presión en estímulo, propició que hoy sus jugadores salgan a jugar, a marcar un gol que desmontaría los planes de Emery. A dar al españolismo esa noche que espera desde 2007.